Este post es típico de los blogs de mamás ya que todas o casi todas cambiamos de opinión en muchos aspectos una vez nacen nuestros hijos.
Durante el embarazo tenía unas ideas propias o consejos y me encantaba debatirlas con mi pareja para decidir qué haríamos y que no haríamos.
Una vez nació Haizea nos dimos cuenta de que no siempre valía lo que pensábamos sino que después de probar mil y una opciones encontrábamos la que funcionaba.
Aquí van 4 ejemplos:
1. Colecho. ¿qué es eso? ¿dormir con los hijos? Qué incómodo, que la vamos a aplastar, que va a dormir con nosotros hasta que vaya a la universidad, que nos quitará intimidad… Eso pensábamos antes.
Ahora estamos encantados. Nadie nos contó lo maravilloso que es que tu hij@ te despierte cada mañana (aunque sea dándote patadas!), que en mitad de la noche se despierte llorando y al notarte cerca le calmes y seguir durmiendo…
Decidimos que durmiera con nosotros por las tomas nocturnas y para descansar y dormir mejor… aunque es probable que no quiera irse de nuestra cama hasta los 3 años!! :O
2. LM y alimentación complementaria. Yo pensaba que a los 6 meses se les iba destetando y ya sólo comían purés, frutas, papillas… Y la teta era “de postre” o pocas tomas diarias.
Después de leer “Un regalo para toda la vida” de Carlos González (“mi dios” según mi pareja, jaja) entendí que la alimentación complementaria era eso: complementaria a la teta (o leche de fórmula) y que mi teta hasta los 10 o 12 meses debe ser el 85-90% de su dieta. Se me quedó un poco cara de tonta por no haberme dado cuenta antes :S
3. Duración baja maternal. Cuando estás trabajando coger 15 días de vacaciones te parece todo una suerte y si te dejan coger un mes seguido ¡enhorabuena!.
Entonces yo pensaba: “joé 16 semanas de baja qué guay, cuánto tiempo!” No pensaba ni en excedencias, solo en reducir un poco la jornada y listo.
Estando embarazada me quedé en paro y recuerdo que en la semana 16 de baja maternal entendí perfectamente a las que alargan hasta el año con excedencia, a las madres que lo pasan mal dejando a sus hijos para ir a trabajar… Solo de pensarlo se me pone un nudo en el estómago.
En ese momento me di cuenta de la suerte que tengo de seguir cuidando yo a mi hija y de que las 16 semanas son una M como una casa. Mínimo mínimo deberían ser los 6 meses de lactancia exclusiva que recomienda la OMS y lo ideal al menos el primer año de vida.
4. Cambio de vida. En los últimos días de embarazo pensaba “oh! Haizea nacerá en julio e iré a la piscina por las mañanas a la sombrita, daré paseos, iremos de terracitas…” Y la verdad es que no bajamos a la piscina ni un solo día y tardamos 2 meses en subir a la parte vieja a tomar unas cervezas 😉 Hasta que no te ves en casa con la criatura no te das cuenta de que ella marca los horarios, de que te mueres de sueño y de la dedicación exclusiva que necesita.
Al principio los días eran largos e intensos pero según fueron pasando los meses nos fuimos conociendo mejor y respondiendo mejor a sus necesidades, lo que aumentaba mi autoestima como madre.
Siempre hay algo nuevo por descubrir y celebrar, y aunque suene a tópico, tenerla es lo mejor que nos ha pasado en la vida.
En resumen, si hay algo que tienen en común las embarazadas es esa cara de felicianas, ilusión, ingenuidad, miedo… Como yo en la foto que estaba de 6 meses 🙂
Supongo que en un segundo embarazo la cara es diferente porque ya sabes lo que te viene encima jijiji
- Aprenderás a portear con seguridad a tu bebé
- Elegirás el portabebé que mejor se adapta a vuestras necesidades
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